lunes, julio 16, 2012

Honestidad

Me tengo que levantar en 3 horas para ir a pasarla mal en el trabajo pero no me puedo dormir sin relatar algo que está sucediendo.

Tuve la "fortuna" de que de tanto desear algo, sucedió. Resulta que soy una persona anónima como cualquier cristiano que camina por la calle. Que escucha música y se arma videos musicales mentales protagonizándolos. Las personas anónimas tenemos deseos, cosas que anhelamos cumplir, ponele.

Diré, que siempre soñé cosas que se podrían tomar como imposibles, a saber: Que Facundo Arana se enamore de mi y me entregue un Martín Fierro en la terna "Actriz Revelación"; cruzarme a Dave Grohl, que se me tire y de conchuda histeriquearlo; ir a Hollywood (en mi condición laboral, esto es claramente imposible); que todo el mundo me ame; etc.

Bueno, la cosa es que una de tooooodas mis fantasias se cumplió. Y la persona a la que admiré tantos años desde el anonimato, vaya quien sea a saber por qué, me dio 3 horas de su vida en un momento muy particular de la mía.
Hasta quiso (supongo) saber de que se trataba mi vida, quien era y como se constituía mi pasado- presente. En pocas ocaciones me sentí tan minita. Tan tarada. Tan tratando de satisfacer todo lo que esa mente me pidiera y a la cual, admiré tanto.

Lo que puedo decir, y me aseguraré que esta persona lo lea, es que a pesar de muchas cosas que me molestan de la población media, (ansiedad, verborragia) a vos te quiero en mi mira. Ojo, no veas esto cual Pshycokiller. Lejos está de mi eso. Tampoco voy a caer en una famosa línea de una película, cito: “Solo soy una chica, parada enfrente de un chico... pidiéndole que la ame”. Que empalagosa estoy. Pero no es ni a palos esto.

Voy a cometer un gran sincericidio. Pero grande. Compartimos ese gusto "perverso". Compartimos algo más que eso. Algo más que conmovernos con la Princesa Leia o con Quentin.

Auténticamente, soy una minita que te lee, te escucha, te vio y quiere, de alguna manera, la descubras como algo más. A riesgo de que leas esto y no te vea nunca más, está bueno que sepas que esto también soy yo. Y por fin, dejando de lado cualquier tipo de idealización.  

Chau un besote. Y, por las dudas, fue un gusto conocerte.

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